Banner Feria New York
26.7 C
Santo Domingo
sábado 20 – septiembre 2025
Banner Feria New York
InicioTurismoTurismo SostenibleDestinos bajo presión: el costo ambiental del turismo en República Dominicana

Destinos bajo presión: el costo ambiental del turismo en República Dominicana

De continuar las prácticas actuales, como la masificación y el crecimiento sin planificación, no habrá playas, arrecifes ni montañas limpias. No habrá paraíso que vender.

SANTO DOMINGO. – La estampa es de postal perfecta: sol reluciente, agua cristalina en varios tonos de azul, arena blanca, que se repone con retroexcavadoras cada temporada, y decenas de turistas con sus pulseritas  y tragos de colores, que comen, beben y se asolean como que no hay un mañana. Un sueño hecho realidad para los aproximadamente 1.1 millones de europeos que llegaron en 2024.

Sin embargo, un paseo por ese paradisíaco lugar con ojos abiertos y mirando bien el entorno, te van descubriendo raíces de cocoteros expuestas por un oleaje que muerde la orilla sin tregua, cada vez más tierra adentro. El Banco Mundial advirtió que más del 70 % de las playas dominicanas muestran signos de erosión y el problema se intensifica donde el turismo es masivo.

La joya Punta Cana y su huella

De las más de 90 mil habitaciones hoteleras tradicionales con que cuenta el país, 54,124 están  concentradas en el eje Punta Cana-Bávaro (2025) y de los 11,192,047 visitantes que llegaron por vía aérea en 2024, aquí mantuvieron una tasa de ocupación que rondó el 82%, siendo el epicentro del modelo “all inclusive.”

Y también un lugar donde la presión sobre los recursos naturales es más evidente, según se desprende de un informe de Acción Verde de 2023 en el que resume la situación: “El crecimiento hotelero se hizo sobre humedales y manglares, ecosistemas que actúan como defensas naturales contra tormentas. Hoy, esas barreras están debilitadas.”

Por otro lado, Puntacana Resort & Club asegura haber invertido en plantas de tratamiento de aguas residuales, viveros de coral y un programa de “Zero Waste” desde 2007. “El turismo no puede sostenerse si no cuidamos la base que lo alimenta: la naturaleza”, señaló Frank Rainieri, fundador del grupo, en declaraciones públicas.

Bahía de las Águilas: la joya frágil

En el sur profundo, colindando al oeste con la frontera haitiana, Bahía de las Águilas, que forma parte de la Reserva de Biosfera Jaragua-Bahoruco-Enriquillo, reconocida por la UNESCO, parece un cuadro vibrante con sus aguas transparentes, arena más que blanca y fina, azules imposibles que parecen salir del mar e iguanas correteando entre los matorrales.

Allí también anidan tortugas carey y se avistan manatíes. Pero la presión avanza.

El Banco Mundial advirtió que más del 70 % de las playas dominicanas muestran signos de erosión. (Fuente externa).

La Academia de Ciencias ha advertido que abrir la zona a grandes complejos hoteleros sería “un crimen ecológico,” según publicó el periodista y divulgador Eleuterio Martínez en 2022 y ONGs como Grupo Jaragua insisten en que el valor de Bahía no está en convertirla en otra Punta Cana, sino en conservarla como santuario natural.
El Ministerio de Turismo impulsa el proyecto Cabo Rojo-Pedernales, llamado a ser un nuevo polo turístico. “El sur es la nueva frontera del desarrollo turístico nacional”, declaró el ministro David Collado en 2023. Entre la promesa de empleos y la advertencia ambiental, Bahía de las Águilas vive en tensión: lo que hoy es postal podría convertirse en vitrina de conflictos.

Vulnerabilidad se multiplica

La situación de Punta Cana-Bávaro no es exclusiva.  En Samaná, cada temporada de ballenas jorobadas recibe más de 50 mil visitantes según los reportes de Medio Ambiente de 2024, un exceso de embarcaciones que amenaza los ciclos de reproducción.

“El turismo de ballenas debe crecer con ciencia, no con improvisación”, alertó en su momento el Centro para la Conservación y Ecodesarrollo de la Bahía de Samaná y su Entorno (CEBSE, Inc.).

También Bayahibe, Isla Saona e isla Catalina concentran el 45 % del turismo en áreas protegidas del país, según el Ministerio de Medio Ambiente, una sobrecarga que erosiona corales y satura la gestión de residuos.
En Sosúa y Puerto Plata el turismo urbano desordenado afecta arrecifes y playas, según han denunciado ONGs locales y en Miches: el polo emergente que atrae inversiones millonarias, hay grupos ambientalistas que advierten sobre pérdida de manglares y praderas marinas que son fundamentales para la pesca y la protección costera.
Si se sube a las montañas, como Jarabacoa y Constanza, los senderos sufren el impacto directo del turismo desordenado y abusivo, con cúmulos de basura en los senderos y las propias cascadas o charcos. “El ecoturismo mal manejado puede dañar tanto como el turismo masivo de playa”, advierte un estudio de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) de 2023.

El ecoturismo mal manejado puede dañar tanto como el turismo masivo de playa, advirtió un estudio de la UASD. (Fuente externa).

Cuando el agua y el sargazo invaden

Con 375 km², el Lago Enriquillo es el más grande del Caribe y de manera acelerada cada año arrebata terreno a los productores locales en su expansión acelerada, que se calcula en casi un metro de crecimiento anual en la última década, inundando comunidades, tierras agrícolas y hasta proyectos turísticos.  La causa principal, según Medio Ambiente, es el cambio climático.
En 2014, el Gobierno invirtió US$24 millones para reubicar a más de 560 familias en la nueva comunidad Boca de Cachón (Banco Mundial, 2014).  “Lo perdimos todo, la tierra donde sembrábamos está bajo el agua”, recuerda un agricultor desplazado en testimonios recogidos por la prensa local.
En 2024 llegaron al Caribe más de 40 millones de toneladas de sargazo, según la University of South Florida y a los hoteles de la República Dominicana les cuesta hasta un millón de dólares al año por hotel, limpiar las playas. “El sargazo no es solo un tema estético; afecta la pesca, la biodiversidad y encarece la operación turística”, explicó Nina Lysenko, técnica del Ministerio de Medio Ambiente.

Caribe vulnerable

La investigadora Mimi Sheller advierte en Island Futures (2020), que “El Caribe no solo está viviendo desastres naturales, sino una reconstrucción permanente; la supervivencia depende de reconocer que el turismo, la migración, la identidad y la ecología están entrelazados.”
Y también la senadora caribeña Francine Baron lo dijo sin rodeos en un foro regional: “El impacto de huracanes más severos y la destrucción de nuestros activos turísticos más valiosos, nuestras playas y arrecifes de coral, amenaza con revertir los avances de desarrollo que hemos logrado.”
Más allá del mar azul y el mojito, el Caribe tiene espejos que sirven de advertencia. En Varadero (Cuba), la concentración hotelera en una estrecha península provocó erosión severa y dependencia total de importaciones para sostener el turismo. La investigadora Martha Honey (CREST, 2019) lo resume: “El modelo de sol y playa, basado en masificación, crea prosperidad inmediata pero fragilidad a largo plazo.”
También en la Riviera Maya, el colapso de acuíferos y el crecimiento urbano sin infraestructura recuerdan lo que ocurre cuando el turismo avanza más rápido que la planificación.

Futuro en entredicho

La República Dominicana lidera el turismo del Caribe y camina sobre la plancha empujada por las espadas de la sobreexplotación de recursos naturales, la degradación ambiental, la contaminación, el turismo masivo sin planificación, el cambio climático, la presión sobre comunidades locales, la pesca indiscriminada, la falta de regulación efectiva, la dependencia del modelo “sol y playa” y la insuficiente educación ambiental. Los destinos estrella de la República Dominicana están en el filo de la navaja: lo que genera riqueza también erosiona la base natural que lo sustenta.
La gran pregunta no es si el turismo seguirá creciendo, sino si la naturaleza podrá resistir al mismo ritmo. Porque sin playas, arrecifes ni montañas limpias, no habrá paraíso que vender.

Solangel Valdez
Solangel Valdez
Periodista, fotógrafa y relacionista. Aspirante a escritora, leedora, cocinadora y andariega.
Artículos Relacionados
Publicidad Banner Coral Golf Resort SIMA 2025
Publicidad Banner Feria New York
Publicidad spot_img
Publicidad