SANTO DOMINGO- De prolongarse el conflicto entre Estados Unidos e Irán, que ayer martes parece haberse detenido, con un aparente «alto el fuego» entre Irán e Israel, los costos de construcción en la República Dominicana podrían experimentar un aumento significativo, afectando directamente los márgenes de rentabilidad de las empresas y deteniendo el desarrollo de nuevos proyectos.
Así lo advirtió el economista Francisco Tavárez, quien explicó que entre un 30 % y un 40 % de los materiales de construcción utilizados en el país son importados, y muchos de ellos dependen de la cotización del petróleo y otras materias primas en los mercados internacionales.
“Tal impacto en los costos incrementaría la inflación, sobre todo en los precios de materiales derivados del petróleo (asfalto, plásticos, etc.) ”, sostuvo el también catedrático de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en declaraciones a El Inmobiliario.
Además del impacto en el sector construcción —que representa entre el 12 % y 14 % del Producto Interno Bruto (PIB)—, Tavárez señaló que habría una presión inflacionaria generalizada que afectaría también los costos del transporte, la energía eléctrica y los bienes importados, deteriorando el poder adquisitivo de los consumidores y encareciendo los créditos hipotecarios.
Según sus estimaciones, por cada dólar que sube el precio del barril de petróleo (WTI), la factura petrolera dominicana aumenta en unos US$46.4 millones. “De incrementarse el precio del petróleo en un rango de 30 y 40 dólares el barril, las importaciones petroleras aumentarían de US$1,391 millones a US$1,855 millones.”, afirmó.
En cuanto a los efectos monetarios y fiscales el profesional advirtió que un aumento en la demanda de dólares más intensa por mayores precios del petróleo afectaría el tipo de cambio, aumentando la demanda de la moneda extranjera y depreciando el peso dominicano, encareciendo aún más los insumos importados y afectando la estabilidad económica.
Asimismo resaltó que una posible intervención de parte del Banco Central sería un alza en las tasas de interés para contener la inflación, lo que elevaría el costo del financiamiento para proyectos de construcción y reduciría la demanda de nuevas viviendas.
Plano fiscal
En el plano fiscal, el gobierno dominicano se vería en la necesidad de redirigir recursos hacia subsidios de combustibles y productos estratégicos, lo que llevaría a “menor inversión pública, menor capacidad de crecimiento y dinamismo de la economía”, subrayó.
No obstante, Tavárez también resaltó oportunidades de mitigación ante este escenario adverso. Entre ellas, mencionó la sustitución de importaciones con materiales nacionales como el cemento local, y la aceleración de la transición hacia energías renovables. Asimismo, sugirió que el Estado priorice obras públicas resilientes para mantener el dinamismo del sector ante una posible recesión global.
“Es clave que el gobierno se mantenga dando seguimiento a los precios globales y de ameritarlo, intervenir con las reservas internacionales para amortiguar shocks externos, mientras se acelera la transición hacia energías alternativas.”, concluyó.

