Por Paola Solis
El Inmobiliario
SANTO DOMINGO.-Para Angheisa Bustamante, la maternidad, es el reto más hermoso y desafiante que le ha tocado enfrentar. Contadora pública con especialidad en finanzas y actual directora de este último departamento en Noriega Group es madre de Juan David, de 9 años y Juan Manuel, de 4.
“Para mí, ser madre es una aventura de amor, dudas y aprendizaje constante”, expresó. La llegada de sus hijos transformó por completo su forma de ver el mundo y de organizar su vida, comenta, tras sostener que cada día representa un nuevo desafío, pero también una oportunidad para descubrirse a sí misma.
“No puedo negar que hay días agotadores, en los que debo hacer malabares con todas las tareas”, reconoce.Y, aun así, encuentra en la maternidad una plenitud que no le ha dado ninguna otra experiencia: “Ser madre ha sido la actividad más completa que he realizado”.
Bustamenta narra a El Inmobiliario, que organizarse y planificar es parte esencial de su rutina diaria, pero también ha aprendido a aceptar que no siempre se puede con todo. “Mientras atiendo una tarea, inevitablemente otra queda pendiente. Sin embargo, he aprendido que la vida se vive un día a la vez, y eso lo aplico también en la crianza con mis hijos”, confiesa. En esos días en los que siente que no puede más, encuentra refugio en lo más simple: “Basta una sonrisa suya o un abrazo cálido para recargarme y recordarme que también debo darme un respiro y cuidar de mí”.
A lo largo de los años Angheisa , ha descubierto que la maternidad no se trata de perfección, sino de humanidad. “Significa levantarse mil veces aunque estés agotada, aprender a pedir ayuda, perdonarte por los errores y celebrar los pequeños logros como si fueran grandes victorias”.
Ese aprendizaje se fortaleció con una de las pruebas más duras que enfrentó como madre y profesional. Cuando nació su hijo mayor, Juan David, “no respiró al momento de nacer y tuvo que permanecer hospitalizado varios días”. Aunque su salud se estabilizó, necesitó terapias neonatales que demandaban tiempo, energía y, sobre todo, presencia.
“Solicité permiso tres veces a la semana para dedicarme a sus actividades terapéuticas. Solo pensaba en su bienestar, aunque sabía que me arriesgaba a perder mi trabajo”. Fue una etapa de sacrificios: “Le dedicaba tres horas cada mañana a Juan David, y luego salía más tarde de la oficina para cumplir con mis responsabilidades laborales”. Hoy, al mirar atrás, siente orgullo. “Lograr ese equilibrio no ha sido fácil, pero ha valido cada sacrificio, cada desvelo y cada decisión tomada con amor y fe”.
Narra, la venezolana, que su fe es un pilar inquebrantable, y que así lo transmite a sus hijos. “Sé que Dios me los ha prestado para ser cada día una mejor mujer, y para guiarles en su palabra a vivir bajo el respeto, comprensión, amor, comunicación”.
Angheisa Bustamante junto a sus hijos. (FUENTE EXTERNA).
Sostiene que cree en la conversación abierta como base de la confianza: “Les he enseñado que debemos conversar de nuestras vivencias para crear esa confianza entre madre e hijo”.
Como muchas mujeres modernas, Angheisa ha aprendido a equilibrar el rol de madre y profesional. Utiliza una agenda para organizar tareas laborales, personales y familiares, pero también valora los momentos de calidad por encima del tiempo exacto. “Una conversación durante la cena, un juego antes de dormir, o un abrazo largo antes de salir al trabajo, esos pequeños gestos crean conexiones profundas que ningún horario ajustado puede reemplazar”.
Sobre su modelo de crianza, afirma: “Me considero una madre moderna, porque he aprendido a reconocer y respetar la individualidad de mis hijos. Creo en la crianza respetuosa, en enseñar desde el ejemplo, establecer límites con firmeza, pero también con sensibilidad. Intento mantener un equilibrio entre ser su madre, su maestra de vida y su refugio emocional”.
A las madres primerizas les deja un consejo lleno de empatía: “Confía en ti. Aprende a escucharte, a observar a tu hijo y a tomar decisiones con amor y sentido común. La maternidad es un camino de crecimiento constante. No debemos tener temor a equivocarnos, cada error también es una lección”.
A través de cada palabra, Angheisa Bustamante refleja lo que realmente significa para ella ser madre hoy en día : una mujer que, sin pretender ser perfecta, transforma el caos cotidiano en amor, y la rutina en una oportunidad de aprendizaje mutuo. “Ser madre no me hizo perfecta, pero sí me hizo más humana”.

