Por Yermys Peña
Especial para El Inmobiliario
El aprendizaje no se limita a las aulas; es un proceso dinámico que se enriquece con el entorno físico y social que lo rodea. Diseñar centros educativos es una oportunidad para construir espacios que inspiren, conecten y evolucionen con las necesidades de estudiantes y docentes.
En todo el mundo, ejemplos destacados demuestran cómo los espacios educativos pueden trascender lo convencional para convertirse en catalizadores de aprendizaje significativo. Desde las innovadoras escuelas abiertas de Dinamarca hasta las instituciones sostenibles en Bali, cada diseño refleja un enfoque único para responder a las demandas del presente y del futuro.
1-El entorno como maestro silencioso
El espacio físico tiene un impacto directo en la manera en que aprendemos y nos relacionamos. Los entornos educativos deben diseñarse para maximizar el potencial de quienes los habitan.
- Ejemplo inspirador: En Noruega, la School at Bergen utiliza una arquitectura abierta que elimina las barreras tradicionales entre aulas y áreas comunes, fomentando la colaboración y el intercambio de ideas.
- Urbanismo escolar: Los campus conectados con espacios públicos, como bibliotecas, parques o centros culturales, extienden el aprendizaje más allá de los muros de la institución.
2.Espacios que responden a las necesidades de los estudiantes
La etapa educativa está marcada por el descubrimiento de intereses, habilidades y relaciones. Los espacios deben diseñarse para satisfacer estas necesidades emocionales, sociales y académicas.
- Áreas versátiles: Espacios que pueden adaptarse para clases teóricas, actividades prácticas o discusiones grupales fomentan la versatilidad del aprendizaje.
- Conexión social: Diseñar zonas comunes, patios y cafeterías que inviten al encuentro y la interacción refuerza el sentido de comunidad entre estudiantes y docentes.
Ejemplo: El Institut Le Rosey en Suiza combina espacios para la enseñanza tradicional con instalaciones deportivas y culturales, equilibrando el desarrollo académico y social.
3. La naturaleza como parte integral del diseño
Incorporar elementos naturales en los entornos educativos mejora la concentración, reduce el estrés y fomenta un aprendizaje más holístico.
- Aulas Abiertas: Espacios al aire libre para actividades educativas permiten a los estudiantes interactuar directamente con el entorno natural.
- Paisajismo Estratégico: Diseñar campus que aprovechen la topografía y los recursos naturales del lugar refuerza el vínculo entre los estudiantes y el entorno.
Ejemplo: La Green School en Bali utiliza bambú y materiales locales en su construcción, mientras integra jardines y espacios abiertos que conectan a los estudiantes con la naturaleza.
3. Inclusión y accesibilidad en la arquitectura educativa
Los centros educativos deben ser un reflejo de la diversidad y accesibilidad, asegurando que todos los estudiantes encuentren en ellos un espacio que les permita crecer.
- Diseño universal: Rampas, elevadores y aulas accesibles deben integrarse de manera natural en el diseño para garantizar la participación plena de todos los estudiantes.
- Espacios para la diversidad: Incorporar áreas que respondan a diferentes estilos de aprendizaje y necesidades garantiza una experiencia inclusiva.
Ejemplo: En Australia, la Dandenong High School organiza sus instalaciones en «casas» más pequeñas dentro del campus, fomentando un sentido de pertenencia y atención personalizada.
5. Tecnología y flexibilidad como prioridades
La educación del futuro requiere espacios que integren tecnología y permitan una adaptabilidad continua para responder a los cambios en los métodos de enseñanza.
- Laboratorios interactivos: Espacios equipados con tecnología avanzada, como herramientas de realidad aumentada o estaciones de aprendizaje digital, preparan a los estudiantes para los desafíos del siglo XXI.
- Diseño modular: Aulas y mobiliario móviles permiten reorganizar los espacios según las necesidades del momento, desde talleres creativos hasta presentaciones grupales.
Ejemplo: La High Tech High en California organiza su diseño alrededor de proyectos interdisciplinarios, con espacios abiertos que facilitan la colaboración y la experimentación.
La arquitectura educativa tiene el poder de transformar el aprendizaje al crear espacios que inspiran, conectan y evolucionan con quienes los habitan. Desde el diseño de aulas abiertas hasta la integración de la naturaleza y la tecnología, cada detalle contribuye a un entorno que potencia el desarrollo personal y académico.
Como afirmó Alvar Aalto, «La arquitectura no debe forzar a las personas a adaptarse a sus espacios, sino que debe adaptarse a las necesidades de las personas«. Los centros educativos diseñados con visión y propósito no solo cumplen una función, sino que se convierten en lugares donde los estudiantes construyen su futuro, un aula a la vez.
La autora es arquitecta y empresaria de la construccion. Miembro del Forbes Business Council.
